Morir en Extremadura cuesta entre 2200 y 2600 euros de media
Aparte quedan las tasas municipales por conservar o comprar un nicho, entre otras, y que suelen ser más caras en las grandes poblaciones. Laly ofrece “la forma más barata de morir”: “Donar nuestro cuerpo a la ciencia, con una expresión anticipada de voluntades, como se hace con la donación de órganos. Ésta es una decisión muy personal, pero que sin duda contribuye a la investigación científica”.