Los locales de apuestas ganan protagonismo en el paisaje de los pueblos
En 2014, cuando entró en vigor el decreto que aprobaba el reglamento de apuestas en la comunidad autónoma, se abrieron en la región 12 casas de apuestas, según un informe elaborado por la Secretaría Técnica de Drogodependencias de la Junta de Extremadura. Cuatro años después, el número de establecimientos autorizados -a fecha de 23 de noviembre- asciende a 117, y la cifra no tiene visos de detenerse ahí.
A día de hoy, hay establecimientos en 37 localidades de la región extremeña. Encabeza el ranking la ciudad de Badajoz, seguida de Cáceres, Mérida, Plasencia, Zafra y Don Benito.
Este espectacular auge ha hecho que asociaciones centradas en prevenir y combatir la ludopatía hayan alzado la voz para avisar de los peligros que esta actividad entraña para consumidores en general y especialmente para los jóvenes. Es el caso de la Asociación Extremeña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (AEXJER), cuyo presidente, Antonio Regalado, estima este crecimiento como algo “preocupante” y ejemplifica su inquietud con el caso de Almendralejo, donde tiene su sede la entidad que preside. En la capital de Tierra de Barros, cuenta, en una misma calle y separados por pocos metros llegan a concentrarse hasta tres de estos locales.
Su ubicación, a debate
La cercanía a centros educativos de muchas casas de apuestas es otro de los aspectos que más inquietan al presidente de AEXJER, quien expone la realidad de la avenida Reina Sofía de Mérida, donde se ubica un centro de Secundaria, el cual tiene en sus inmediaciones dos salones de juego que llegan a convertirse en lugares de reunión de adolescentes.
Esta es una problemática que atañe tanto al juego presencial como al online, más complicado de controlar, ya que hay menores que llegan a introducir el número de DNI de un adulto para poder jugar. “Es difícil que el operador sepa que quien está detrás de la pantalla es un menor”, explica resignado Antonio Regalado. Con todo, el presidente de AEXJER indica que el juego presencial en locales de apuestas es el favorito de los jóvenes, que acostumbrados a no disponer de dinero en efectivo, prefieren jugarse lo poco que tienen en lugares en los que el cobro de las ganancias es “inmediato”.
En este sentido, desde la Junta de Extremadura aducen que aunque la normativa extremeña es “muy exigente en todos sus parámetros”, adolece de dos defectos, como son el número de establecimientos por municipio, que no se especifica, y la distancia con centros educativos o espacios de ocio juvenil, algo que tampoco detalla. Una proximidad que da lugar a aglomeraciones de jóvenes en las puertas de estos locales a ciertas horas de la mañana -con el consiguiente absentismo escolar- “y en horario masivo de tarde”, como recoge de forma contundente el citado informe.
Con el objetivo de subsanar estas importantes lagunas, la Dirección General de Tributos ya está trabajando en la redacción de un nuevo decreto que recoja estas “necesidades” y otras peticiones que hacen llegar asociaciones como AEXJER. Además, desde enero de 2017 está en funcionamiento la denominada Red de Juego de Extremadura, organismo coordinado por la Secretaría Técnica de Drogodependen- cias, en estrecha colaboraciòn con entidades sociales, que el pasado mes de octubre puso las bases para la creación de un protocolo de prevención de los juegos de azar enfocado en los centros educativos de Extremadura.
Perfil del jugador
Hasta hace más bien poco, la media de edad de las personas que se acercaban a AEXJER tras asumir que tenían un problema con el juego se situaba en torno a los 40 años y su adicción tenía más que ver con bingos o máquinas ‘tragaperras’. Hoy esto ha cambiado “notablemente”, dice con evidente pesar Antonio Regalado, que habla de cómo cada vez más llega gente de entre 18 y 30 años. “Ahora mismo no hay ninguna asociación que tenga lo que tenemos nosotros”.
Es a partir de la mayoría de edad cuando pueden trabajar con más libertad con las personas con ludopatía, toda vez que el proceso con menores se complica debido a que tiene que haber consentimiento de los padres y existe un mayor control de los temas a tratar en las sesiones.
Por ello, para evitar que los más jóvenes puedan caer en el infierno de la ludopatía, es necesaria una activa labor de prevención en los centros educativos, como la que van a llevar a cabo en institutos de Almendralejo con alumnado de 1º y 2º de ESO. En esta línea, habla de adolescentes de 15-16 años que ya juegan pequeñas cantidades en estos locales. Un presente inquietante y un porvenir negro. “Pensamos que en uno o dos años vamos a empezar a recoger a algunos de estos chavales”, augura.
Entrada de menores
La entrada de jóvenes en salas de apuestas es una de las cuestiones que se ponen sobre la mesa cuando sale a relucir este tema, porque la teoría dice una cosa y la práctica, otra distinta, como afirma el presidente de AEXJER. En este punto la normativa es muy clara: el acceso de menores de edad se encuentra totalmente prohibido, si bien la opinión de Antonio Regalado es discrepante. “En la mayoría de las casas se está dejando entrar a menores. Aunque los operadores digan que piden documentación, nosotros sabemos que no es así”, asevera.
Por ello demanda una mayor exhaustividad en el control de acceso por parte de las propias casas de apuestas: “Soy partidario de que en el mismo momento en que pisas la puerta y llegues al mostrador tienen que pedirte los datos”. Eso sí, exige que se requiera el carnet físico, pues a veces la picaresca hace que algunos jóvenes lo muestren en el teléfono móvil con la fecha de nacimiento modificada, como él mismo cuenta. “El carnet siempre se ha dicho que es presencial”, apostilla.
No piensa así el Consejo Empresarial del Juego (Cejuego), que defiende la “eficacia” de las medidas de control de acceso implementadas. Su director general, José Ignacio Landaluce, asevera que “así lo demuestran las actas levantadas en las inspecciones realizadas, ya que el número de incidencias sancionadas por caso de juego de menores es irrelevante”.
El papel de la publicidad
Desde AEXJER estiman de vital importancia la concienciación, en la que, claro está, tienen mucho que decir los progenitores, pero también los organismos gubernamentales. Ya es algo habitual que caras conocidas, como las del tenista Rafa Nadal o el presentador Carlos Sobera, salgan, en cualquier horario, en anuncios de la televisión en los que venden las bondades de apostar e incluso lo incentivan con sugerentes promociones iniciales.
Con el fin de atajar esto, en el parlamento regional han salido adelante varias iniciativas, la más reciente una propuesta de impulso formulada el pasado octubre por Podemos y aprobada por unanimidad con algunas enmiendas. Incluía 17 medidas, entre ellas una que instaba a equiparar la regulación de la publicidad de las casas de apuestas a la del tabaco “y otras sustancias legales pero nocivas para la salud”.
Para armonizar actuaciones y evitar asimetrías regionales, un coro de voces que incluye a AEXJER lleva bastante tiempo reclamando una normativa de ámbito nacional. “Las comunidades tienen que estar regidas por un mismo reglamento. No puede ser que Extremadura esté de una manera y Madrid de otra”, expresa Regalado.
Actividad legal
Cuando se aborda el tema del juego en locales y por Internet hay que tener muy claro que se trata de una actividad legal, que paga impuestos y cuyos impulsores defienden la riqueza que generan. Es, por tanto, un tipo de negocio con el que hay que acostumbrarse a convivir , lo que no es óbice para que las administraciones velen por que no se convierta en un problema social.
Según datos remitidos por Cejuego, desde que se legalizara el juego hace cuatro décadas se ha convertido en un sector “estratégico” y un “motor de crecimiento económico y generador de empleo y riqueza”.
En el caso de las casas de apuestas deportivas presenciales, en 2017 generaron 32,2 millones de euros en impuestos para las comunidades autónomas y un total de 2.350 empleos directos según datos del Anuario del Juego en España 2018 ofrecidos por la patronal del sector. En Extremadura, “el juego da empleo a cerca de un total de 3.000 personas, sumando empleo directo e indirecto”, añaden.
Más allá de estos datos, hay algo seguro para el presidente de AEXJER, y es que no se trata de una moda pasajera, sino que ha llegado para quedarse. Consciente de que el número de jugadores seguirá in crescendo, mira al futuro con cierto desasosiego y lo pinta con tonos oscuros. “Ojalá el Gobierno se dé cuenta del problema que tenemos y lo solucione”, concluye.