Emigrantes de nuestra zona, residentes en Cataluña, nos relatan cómo perciben el conflicto catalán
Manoli Bordón es la única de sus hermanos que nació en Villafranca de los Barros para trasladarse con sus padres a Cataluña en 1963 en busca de trabajo, como tantos extremeños hicieron en aquellos años. Los cinco hermanos restantes ya nacieron en Cataluña y, entre ellos, el sentimiento independentista varía. Según nos explica Manoli, que reside en el municipio de Hostalets de Balenyà, “tengo familiares independentistas y nuestra relación es buena porque lo considero muy respetable”. Manoli cuenta que ella se siente catalana pero no olvida sus raíces extremeñas. Básicamente diría que no soy defensora de las banderas, creo que son mucho más importantes las personas, que las hay buenas y malas en todos sitios”. “Es cierto”, nos relata Manoli, “que el sentimiento independentista es muy fuerte aquí porque hay personas que llevan toda la vida escuchando que Cataluña estaba muy bien hace muchos años”. Pero Manoli tiene claro que hay cansancio generalizado ante la clase política catalana, “que pretende con este proceso salvarse de la corrupción” y también hacia los representantes políticos del Estado. “En Cataluña, como en todos sitios, la gente lo que quiere es vivir bien, que los jóvenes encuentren trabajo, buenos salarios, que no haya recortes en educación ni listas de espera en sanidad, y no les preocupa tanto pertenecer a España o no”. En cuanto a la solución del problema actual, Manoli cree “que se trata de un callejón sin salida al que no se tendría que haber llegado respetando el derecho a decidir de los ciudadanos hace mucho tiempo”.
Javier Rojas es de Villafranca de los Barros, tiene 36 años, y cuando terminó la carrera de Óptica y Optometría en 2003 decidió irse a Cataluña para hacer prácticas en el negocio óptico que parte de su familia tiene allí. Trabaja en Balaguer, en la provincia de Lérida, y está casado con una catalana de Tremp, localidad también de la misma zona. Javier asegura que él no percibe en su entorno un ambiente de ruptura ni de crispación entre los ciudadanos. “Tampoco observo fuera un sentimiento contra el catalán. Creo que hay muchos estereotipos creados que son falsos. La imagen radicalizada que tienen los políticos no se corresponde con la sociedad”, asegura Javi, que nunca ha sentido imposiciones por parte de su entorno y que se siente totalmente integrado donde desarrolla su vida profesional y ha formado su familia, junto a su mujer y dos hijos.
La opinión que tiene Javi es que entre la sociedad hubo un pico alto de independentismo hacia el 2012 y el 2013, que ahora se ha disipado. Según el punto de vista de Javi, hay factores que han generado malestar entre los catalanes como es el hecho de considerar que el Estado español no atiende sus demandas. “Por ejemplo, con el tema del lenguaje, creo que aquello del castellano en los colegios aquí se observó como una imposición estatal. El hecho de que no saliera adelante el Estatuto Catalán también fue un duro golpe para los catalanes”, según Javi. Cabe reseñar que el Estatuto se llevó a debate en 2006 en el Congreso cuando gobernaba el PSOE, y el PP, entonces en la oposición, presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional y finalmente el Alto Tribunal declaró parcialmente inconstitucional el Estatuto en 2010. Con respecto a la situación actual, Javier también la define como un “callejón sin salida con las dos partes políticas radicalizadas”. Con respecto al referéndum, Javi tiene claro que es necesario que la gente opine. Y para plantearse una ruptura con el Estado, que él no tiene claro si es mejor o peor, el sí al independentismo debería de ser mayoritario y no bastaría con un apoyo cercano al 50%.
José Antonio Martínez es de Almendralejo y a sus 31 años es ingeniero de Materiales y también cursó la carrera de Arquitectura Técnica. Trabaja en Tarrasa y destaca que la oportunidad laboral es mayor en Cataluña, que en otras comunidades, como lo demuestra el hecho de que él, por ejemplo, haya podido cambiar un trabajo anterior por el actual, que es mejor. También cuenta el caso de su novia, María Cano, que está estudiando oposiciones, pero ha tenido dos ofertas de trabajo desde que llegaron a Cataluña en marzo del 2016. José Antonio nos cuenta que, en relación con el independentismo, en la calle no hay crispación aunque sí opiniones distintas. José Antonio cree que “no es malo que se celebre un referéndum para que la gente opine y también asegura que hay poca información real de cómo sería una Cataluña independiente”. Para José Antonio, “los medios de comunicación catalanes y los nacionales están totalmente politizados. Creo que los políticos deberían encontrar una solución a la situación negociando y no generar enfrentamientos y problemas entre la población”. Como dato curioso cabe reseñar que José Antonio estuvo trabajando antes en Bilbao y asegura que percibió menor sensación de independentismo que en Cataluña.
El último de nuestros testimonios permanecerá en el anonimato, por motivos de seguridad, al tratarse de un policía nacional. Se trata de un joven de 30 años, que cursó los estudios de Arquitectura Técnica, pero al no encontrar trabajo, por la crisis, decidió optar a las oposiciones de Policía Nacional. Durante el período de prácticas estuvo en Málaga y su primer destino lo ha llevado a Barcelona donde trabaja en un centro de internamiento de inmigrantes. Le gusta Barcelona como ciudad y asegura que no se percibe ninguna crispación en la sociedad. No obstante, intentará cambiar su destino a Madrid, en cuanto pueda, porque laboralmente no está satisfecho. “El hecho de que aquí cuenten con los mossos d’Esquadra hace que el trabajo de la Policía Nacional quede muy limitado. Yo acabo de terminar y me apetece desarrollar en la calle mi profesión. Además representamos al Estado y, por tanto, no somos bien vistos por una parte de esta población y, sobre todo, de los partidos políticos independentistas”, asegura. Con respecto a la situación actual cree, al igual que José Antonio, que los medios de comunicación regionales y nacionales no son objetivos en sus informaciones. De cara al 1-O no sabe qué papel tendrá la Policía Nacional en Cataluña y asegura que, por el momento, nadie les ha hecho llegar ninguna información oficial.