Responsabilidad social corporativa (RSC), entre el lavado de imagen y la cuenta de resultados
La definición de empresa socialmente responsable que hace la Junta de Extremadura en la siguiente: “Se considerarán empresas socialmente responsables de la Comunidad Autónoma de Extremadura aquellas que, calificadas de acuerdo con el procedimiento previsto en esta norma, además del cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, hayan adoptado la integración voluntaria en su gobierno y gestión, en su estrategia, y en sus políticas y procedimientos, los valores y códigos éticos de las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de respeto a los derechos humanos que surgen de la relación y el diálogo transparente con sus grupos de interés, responsabilizándose así de las consecuencias y los impactos que derivan de sus acciones.”
Son los requisitos mínimos (demostrables) para que se obtenga esa ventaja competitiva en un mercado globalizado. ¿No serían estos requisitos los mínimos para poder crear una empresa? Esto, pienso, es en muchos casos un lavado de imagen de las grandes empresas de cara a la sociedad, que les está exigiendo otros objetivos además de una cuenta de resultados positiva a final de año para los socios.
También, puede ser un factor para buscar dentro de la propia empresa la compensación moral de actuaciones que en una parte de sus actividades sean cuestionadas por la propia empresa. A modo de ejemplo, “tengo en unas condiciones penosas a mis trabajadores en los países asiáticos y aquí dono equipos para la investigación de células madre”.
Aunque los requisitos de la Ley son relativamente fáciles de adoptar y demostrar, en la práctica existe una barrera poco menos que insalvable para pequeñas corporaciones. La certificación por parte de una empresa certificadora, AENOR, por ejemplo, tiene un coste que no es fácil de asumir.
La propia sociedad es, como en la mayoría de las ocasiones, mucho antes que los gobiernos, la que pone en evidencia este tipo de hipocresías. Al margen de los criterios mínimos de la Ley, la empresa socialmente responsable es la que innova, ofrece oportunidades a la juventud, invierte una parte de sus beneficios para investigación y desarrollo, en fin, para intentar llenar ese amplio espectro de la sociedad que necesita un empujón para que todos vayamos creciendo.
Jacinto Salas
Director técnico 6Gbuild