Hyperloop: la banda ancha del transporte
La distancia por carretera entre las dos ciudades anteriores es de 2.500 km, veintidós horas de viaje en coche, tres horas en avión y, en una vaina Hyperloop, una hora y tres cuartos. Este nuevo sistema de transporte terrestre que va a desplazar a personas y cosas a una velocidad de 1200 Km/h, se le conoce como la banda ancha del transporte. No solo se desplazan personas, sino que también se pretende “vender tiempo”.
Básicamente este nuevo sistema de transporte, otro prodigio del triángulo ciencia-ingeniería-sociedad, consiste en desplazar una “vaina” con treinta pasajeros por el interior de un tubo de menos de tres metros de diámetro (algo así como desplazar un objeto por el interior de un tubo de forma neumática, tecnología que se utiliza con frecuencia en la industria, en los hipermercados, y si me permiten, en las escopetas de aire comprimido de las atracciones de feria). La vaina levitará mediante imanes, con lo cual se eliminan rozamientos mecánicos y se impulsará mediante energía eléctrica almacenada en baterías que alimentará a ventiladores y compresores. Al tubo se le hace parcialmente el vacío por lo que se reduce de forma relevante el rozamiento con el aire. La combinación de estos factores hace que este tipo de transporte tenga las siguientes ventajas:
Es muy seguro.
Es muy rápido.
Tiene un bajo coste de explotación.
Es inmune a la intemperie.
Es sostenible.
Es resistente a fenómenos catastróficos.
Su impacto ambiental es reducido.
Se podrán construir las estaciones dentro o, en su defecto, cerca de las ciudades, con lo cual los tiempos de llegada al centro de las mismas será mínimo.
Se pretende a corto plazo desplazar a diez millones de personas, lo que provocará que el coste de los desplazamientos sea relativamente bajo.
Evidentemente el mayor contratiempo que se encuentra es el coste de construcción. Pero está claro que, mientras haya personas y empresas que vean una rentabilidad con el periodo de retorno adecuado, pasará de ser un proyecto a una realidad, y así está ocurriendo. Ya está ubicada la primera estación en Europa, será en la ciudad eslovena de Bratislava. Lo de que llegue a Madrid creo que sí pudiera haber sido extraído de un texto de don Isaac Asimov.
Jacinto Salas
Director técnico 6Tbuild