¿Por qué no soy empleable?

 

 

¿Cómo es qué no consigo trabajo si tengo un Grado con nota, dos másteres y sé dos idiomas? Al día de hoy las empresas no quieren títulos ni másteres ni tampoco necesariamente experiencia. Lo que buscan son competencias, algo que se trabaja desde Primaria en los colegios. Las empresas buscan personas con conocimientos (saber), con habilidades (saber hacer), aptitudes (poder hacer) y actitudes (querer hacer). De todo esto, ¿qué se estudia en profundidad en nuestro sistema educativo? He tomado esta frase: “Los competentes heredarán el mundo y los conocedores se encontrarán perfectamente preparados para enfrentarse a un Mundo que YA NO EXISTE”.

A estas alturas del curso escolar, especialmente los departamentos de Orientación y los equipos directivos, y en general toda la comunidad educativa de los institutos, son un hervidero de consultas, dudas e incertidumbres sobre la orientación de los estudios que deben tomar los alumnos cuando terminan la ESO, los ciclos formativos o el Bachillerato. ¿Quién se atreve a visionar lo que va a demandar el mundo del trabajo en un horizonte de siete años? Debéis saber que los trabajos mejor remunerados y con más demanda en los últimos tres años, no existían hace diez años. Por ejemplo, hace diez años no había tablets, ni smartphone, ni apps, no había drones, etc. ¿Quién se puede plantear hoy montar un taller de reparación de faxes?

No siempre hay una correlación directa entre lo que se estudia y el puesto de trabajo que podemos cubrir. De hecho, es difícil que esto ocurra. Algunas de las mejores empresas a nivel mundial han quitado el filtro de “imprescindible tener título universitario”. ¿Es que no hay titulados universitarios? No quieren gente con títulos, quieren jóvenes que estén bien formados, pero con competencias como pensamiento crítico, adaptación, trabajo en equipo, innovación y creatividad, gestión, motivación, pensamiento positivo e inteligencia emocional, resolución de problemas, etc.

Foto, bpsusf (http://www.flickr.com/photos/usfbps/4607149870/)

Cuando alguien va a una entrevista de trabajo con todos sus estudios perfectamente documentados, no le van a preguntar, o lo harán con poco interés, sobre los títulos que tiene, le harán preguntas “trampa” del tipo: ¿qué has hecho hasta ahora, y cómo lo has hecho? No se puede responder con un “no he trabajado nunca porque…”. Por ahí no va la pregunta, si responde eso, ya empieza mal. Lo que se espera que respondas es algo como: “Soy arbitro de balonmano desde hace cinco años y entreno a un club de barrio, estoy de monitor en la escuela de verano de niños de 10 años, llevo un pequeño huerto con mis hermanos, y siempre me toca a mí organizar las fiestas de cumpleaños y poner a la gente de acuerdo, etc”. De lo que hayas hecho que tenga que ver con personas y con actividades sociales, sacarán más información que de cualquier título que tenga el candidato (hay decenas de títulos como el suyo encima de la mesa del entrevistador). Otra pregunta puede ser, ¿has tenido últimamente algún conflicto con algún amigo o familiar? Va a responder que sí. La pregunta demoledora a continuación es ¿y cómo lo resolviste? Su respuesta será como una radiografía. Otra pregunta podría ser, ¿utilizas las redes sociales?, pues sí. ¿Para qué?. Pues para colgar fotos de las fiestas con mis amigos. Se acabó la entrevista. No le llamarán y se preguntará ¿por qué?

Hay que ser visible en las RR. SS., quién no está en ellas no existe. Pero cuidado hay que crearse lo que se llama una buena “marca personal”, que viene a ser lo que a la empresa la imagen de marca. Fijaros en el mural de lácteos de un supermercado, todas las marcas venden yogures menos una, que vende salud; en los lineales de refrescos todas venden refrescos, menos una, que vende felicidad; en los concesionarios de coches podrás comprar el coche de una marca, pero hay una que vende seguridad y otra que vende estatus social, me estoy refiriendo, claro está, a Danone, Coca Cola, Volvo y Mercedes.

La juventud debe forjarse una marca personal cuanto antes (no es fácil), para ello, si tiene claro por qué quiere optar (“cuando un hombre no sabe hacia dónde navega, ningún viento le es favorable”. Séneca) que use las redes sociales con vistas a futuro, que navegue por blogs de gente influyente en lo que le gusta, que se vaya introduciendo con aportaciones a foros, que se cree su propio blog y página web, que vaya aportando lo que pueda de aquí y de allá, que investigue, y sobre todo que sepa cómo se mueve el mundo. Cuando quiera incorporarse al mundo laboral será una persona competente para muchos trabajos y podrá responder con solvencia a cualquier pregunta trampa.

Para terminar, comento que la mentalidad que persiste en parte de la sociedad de optar a un trabajo para toda la vida, bien remunerado y que requiera poca formación permanente, está tan fuera de lugar como el pensamiento que reflejé al principio. Ya no hay paredes en un puesto de trabajo. Se va a imponer la movilidad de los talentos (personas que saben lo que hacen, que les apasiona y que están dispuestas a trabajar sin mirar mucho el reloj), la flexibilidad en el trabajo, el horario y lugar, la conciliación familiar (no por estar muchas horas trabajando se va a aumentar la productividad), se va a apostar por el valor añadido de lo que he mencionado de la marca personal. Estarán en auge en España las TIC, el medio ambiente y el turismo. Hay cada vez más demanda de profesionales formados mediante ciclos formativos y no debemos olvidarnos del emprendimiento. No hay culturan del emprendimiento en España. En fin, espero que cuando una persona joven no encuentre un puesto de trabajo de forma rápida no se pregunte: ¿Por qué no soy empleable?

 

Jacinto Salas.
Director Técnico de 6Tbuild

 

 

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