En opinión de Antonio Pinilla, al ser una especie de agua salada, no podría vivir mucho tiempo en agua dulce, por tanto, puede ser que este extraño suceso esté ocasionado por alguna persona que lo ha liberado en el pantano, después de tenerlo en un acuario de agua salada, o que lo ha soltado una vez muerto. En cualquier caso, desde AMUS se insiste en que esta acción es “irracional, irresponsable e ilegal”, dado que si fuera otra especie que se adaptara al medio, puede provocar un daño en el ecosistema enorme, tal como ha ocurrido, por ejemplo, con el camalote en el Guadiana, u otros muchos ejemplos que Pinilla ha aportado a este medio.

Según Pinilla, el tiburón podía medir más de dos metros y llamaba la atención el tamaño de sus dientes.